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Antología de un amor desusado

 


¿Cuáles fueron esas partes abandonadas que correspondían a mi femineidad?


No lo recordaba, pero fueron esas partes identificadas con la naturaleza creadora de vida. Parir. Dar prolongación a la especie.


Era muy joven e inexperta. La decepción amorosa se mezcló con esas partes infantiles que le juran lealtad a los padres como fuente de amor y vida (porque un niño ve así a sus padres solo que no lo sabe).

La aceptación, el regalo de aprender y agradecer

 

Me ven de lejos, no soy de las reconocen a la primera, soy más bien a la que evaden con más frecuencia, ¿por qué? porque no se atreven a conocerme, y si lo hicieran, la vida fluiría a través de cada ser.

Por alguna razón creen que la vida es una lucha, que hay que batallar con ella, que es difícil, que para conseguir algo el camino es cuesta arriba, que hace falta sacrificio, que tarde o temprano tendrás tu recompensa, y cuando no llega en el tiempo que esperas, lo primero que salta a tu cabeza es que no lo mereces, que no has hecho suficiente… ah! si supieras que en mí está la respuesta, yo soy el atajo por donde la vida fluye, yo soy la aceptación.

Vengo de la dicha de la pausa, subestimada en este mundo donde lo inmediato es más valorado, vengo de la hoguera lenta donde vacías agua y azúcar para hacer miel, esa pausa, es la que te permite observar los eventos y situaciones de tu vida, si no hay pausa, no me vas a encontrar, si corres en busca de una solución inmediata a lo que te agobia, no voy a estar ahí.

El homúnculo de la ansiedad



Maura salió tan puntual como siempre a las 8 de la mañana en punto, como era su rutina, tomó su bolso, su monedero, sus llaves y su celular, dijo adiós a su gato y cerró la puerta detrás de sí. Caminando por el pasillo que la llevaba al garaje tropezó con una pequeña caja, se giró para recoger aquello que casi la hace caerse y vio que la caja estaba cerrada con una cuerda de yute y que tenía una tarjeta colgando que rezaba: “El Homúnculo de la Ansiedad – Para Maura”.


Una vez estuvo dentro de su auto, usó la llave de su casa como sierra para cortar la cuerda de yute que mantenía cerrado aquel cubo de cartón; cuando logró abrir, lo primero que encontró fue una hoja de cartulina blanca que tenía una especie de instrucciones o advertencias.

“Querida Maura, está usted en una edad estresante, ha sido muy disciplinada, centrada y correcta durante su vida; pero tememos que ha desarrollado ciertas actitudes que han llegado a la parte inconsciente de su cerebro, han sido tan recurrentes que su cerebro nos envió un encargo: Desarrollar Ansiedad.

Mi nombre es libertad

 


Mi nombre es Libertad

Soy anhelada por muchos y alcanzada por pocos.

Estoy en el corazón de toda la humanidad, pero no todos lo saben. No son capaces de verme. Se la pasan buscándome en fiestas en la playa, deportes extremos, orgasmos de fuego y viajes de ilusión, pero sus brújulas están rotas, no se dan cuenta que el único camino para llegar a mi hogar es la introspección.

Estoy segura que tú también me has buscado afuera. Quizás me buscaste en sueños o en realidades inventadas. En trabajos esporádicos que te dejaban “tiempo libre”, en el llanto amargo después de una conversación, en caminatas desesperadas o en el pastel que dejaste en el refrigerador.

Tomaste rutas vacías. Allí no me encontrarás.

Algunos despilfarran un montón de dinero para verme y reconocerme en todo esplendor. Muchos han optado por grandes batallas y han dejado su vida por mí. Han luchado inalcanzablemente por rescatar a su pueblo de las opresiones y disfrutar de mi presencia… puede que haya servido en su momento, pero esas vías han quedado obsoletas.

Sanando la relación con mi madre

 


El pasado mes de abril llevé a cabo junto con mi amiga Leslye Rivera uno de los talleres de escritura creativa que más me ha costado facilitar, por la intensidad del contenido y por lo doloroso y liberador que fue leer cada carta, este taller se titula Sanando la relación con mi madre.

El taller estuvo dirigido a aquellas mujeres que deseaban sanar el vínculo con mamá y así convertirse en la mejor versión de sí mismas en los distintos ámbitos de sus vidas (familiar, relación de pareja, maternidad, trabajo, vínculos de amistad, etc.).

Nuestra madre es el primer referente que tenemos en nuestra vida, la hayamos o no conocido, hayamos tenido una buena o mala relación con ella o nos haya demostrado o no el amor. Es parte esencial de nuestra configuración como seres humanos y la forma de relacionarnos con el mundo.

Estuvimos en su interior, sabemos perfectamente cómo late su corazón, y aunque creemos que no lo sabemos o que ya lo olvidamos, todo lo que ella sintió durante el embarazo lo llevamos grabado en nuestra esencia.

El optimismo me ha enseñado a vivir

 


¿Qué es la emoción del Optimismo para mí? ¿Por qué soy Optimista? ¿Cómo vivo yo el Optimismo? ¿Por qué considero que el Optimismo es la mejor actitud y emoción para vivir una vida plena y feliz?

Cuando me preguntan cómo me defino, suelo decir que soy una persona Optimista, positiva, alegre y con muchas ganas de vivir y aprender cosas nuevas, de conocer a personas que me aporten, que me sumen, que ayuden a crecer personal y profesionalmente.

Personas a las que admiro y que despiertan mi curiosidad, y creatividad como lo hace Eliana. ¡Gracias Eliana por ser una fuente constante de inspiración para mí y para muchas personas que estamos siguiendo todo lo que haces!

También digo que me encanta tener una visión de la vida Optimista, que esa es la mejor manera de ver, sentir y vivir la vida para mí.
¡Qué el Optimismo me ha enseñado a vivir plena y feliz!

El alma del placer


Tuve la dicha de encontrarme con el mundo de las emociones y ha sido el regalo de la vida, y lo mejor de todo es entender que no hay emociones buenas ni malas, son solo emociones, a las que abrazo porque son parte de lo que soy.

Al ingresar al paraíso de las emociones descubrí que por muchos años viví bajo la sombra de “abandono propio”, vivía en función de quedar bien con quienes me rodean y hacer lo que yo pensaba que era correcto y necesario para los demás. 

Esto trajo mucho dolor, ya que no siempre actuaba de manera adecuada y en ocasiones, en lugar de ayudar o quedar bien terminaba minimizándome y abandonándome.

Trabajo, mucho trabajo y hoy en día sigo trabajando y la razón de esto, aunque ya no significa un esfuerzo, es porque entendí que soy el mejor proyecto de vida que tengo, soy en quien debo poner mi atención y mi energía. Soy mi proyecto eterno a quien puedo dedicar cada emoción sentida.

El asombro me tomó de sorpresa

 


Cuando Eliana me propuso escribir para este proyecto en su blog me emocionó mucho la idea de poder compartir un pedacito de mis emociones a través de este escrito.

Fueron muchos los días, semanas y meses que dediqué a pensar en qué podría relatar entre líneas, finalmente lo tenía, empecé a escribir, estaba inspirada sobre la emoción que yo misma había elegido, unos días antes de la entrega del relato sentí un impulso de leer el primer correo de invitación que nos había enviado y cual fue mi asombro al darme cuenta que la emoción que yo había elegido era el “asombro” y no la “curiosidad” que era la emoción sobre la cual había estado reflexionando los meses anteriores.

En ese instante entré en pánico, se me aceleró el pulso, empecé a sudar frío y la mente empezó a trabajar a toda máquina. No lo podía creer, cómo había podido confundir estas dos emociones, “son tan distintas” pensé. Estaba bloqueada, mis niveles de sobre exigencia se elevaban y me sentía hasta un tanto apenada conmigo, con Eliana y con las personas que leerían mi relato.

Había pasado mucho tiempo reflexionando sobre mi relación con la curiosidad y aquí estaba yo viviendo las consecuencias del asombro hacia mi confusión inicial.

Querida tristeza, te lo debo todo


Érase una vez una mujer que se creía culpable por sentirse triste.


Una mujer a la que le convencieron de que la tristeza podía ser un signo de debilidad. Una mujer que se llevó una gran sorpresa cuando descubrió por sí misma que era todo lo contrario.


En este post voy a contarte, querida amiga, lo mucho que cambió mi vida cuando me di permiso para escucharme y abrazar la tristeza. Esa emoción que tan a menudo nos han invitado a asociar como algo negativo cuando, en mi opinión, nos brinda una oportunidad increíble para conectar con nosotras mismas


¿Te quedas un ratito con nosotras?

La tristeza en la maternidad


Tener un hijo, es sin duda uno de los momentos más felices para las mujeres que tomamos esta decisión ¿verdad?. En lo personal no puedo olvidar el primer contacto que tuve con mi bebé, conocerla, olerla, hablarle, besarla; momentos inolvidables, que si eres madre sé que me entiendes y tal vez hasta te hice recordarlos.

Pero, ¿qué pasa en la vida de algunas mujeres después del parto? ¿En verdad todo es alegría?. A continuación te contaré mi historia con el posparto, quizá te identifiques un poco con ella.

Cuando nació mi bebé, yo estaba realmente contenta, ya que después de haber tenido un parto complicado y muchas horas de espera, pude tener a mi bebé en brazos y  ella estaba por fin conmigo sana y hermosa; sin embargo, algo sucedió después del primer día, porque no sentía esa alegría que muchas mujeres que acaban de ser madres dicen sentir; por el contrario, me sentía triste ¿pero cómo es posible que sientas tristeza en un momento que tendría que ser de gozo y alegría? Pues sí, así me sentía.

El encuentro con la sombra (Post colaborativo)


Durante los primeros días del mes de agosto llevé a cabo mi segundo taller de escritura creativa gratuito, en donde me doy la oportunidad de convocar a decenas de mujeres y leer lo que escriben, para luego seleccionar a algunas de ellas e invitarlas a que sean parte de mis proyectos, ya sea como escritoras o invitadas de mi podcast.

Este taller llevó por título El encuentro con la sombra, y por 5 días estuvimos explorando 5 sombras específicas: autoexigencia, perfeccionismo, autoengaño, búsqueda de aprobación y autosaboteo.

Sombras que pareciera estuvieran desligadas las una de las otras, pero en realidad cuando estuvimos escribiendo y reflexionando acerca de ellas, pudimos ver que todas nos pertencen y han sido parte de nuestras vidas.

Durante 5 días nos dedicamos a hurgar en nuestro mundo interior para encontrarnos con nuestras sombras y reconocerlas a través de la escritura, tarea para nada fácil pero que muchas lograron con mucho éxito.

Los lugares de mis tristezas



New York y la tristeza

La Gran Manzana… Nueva York….. ¿Quién puede estar triste visitando Nueva York?

Pero fue en ese último viaje que hice, con quien creía mi complemento, donde descubriría que la tristeza tiene matices que incluso se huelen y se esconden en algún rincón del Time Square o de la Quinta Avenida.
Sabemos que estamos tristes cuando la sonrisa duele, cuando reconoces que el día está gris o está “raro”. No, no es el día. No, no son las nubes, es esa intuición que a pesar que nos dice muy en el fondo que todo va a estar bien, le permitimos el protagonismo a esa fuerza que emerge y que nos invade por dentro. 

Sí, es ella, la tristeza. Que no pide permiso para acompañarte, solo llega para manifestarte que debes prestarle atención a ese pedacito de instante que estás viviendo, pero el desasosiego de no saber nos invade y preferimos deslumbrarnos con lo majestuoso del Empire State y huyes del silencio de donde estaban las torres gemelas porque allí, la tristeza hizo casa y la puedes sentir, por eso te vas.

¿Cómo se puede estar triste en Nueva York? Me lo he preguntado tantas veces. Pero en aquel viaje que hice con toda la ilusión de poner nuevos y mejores recuerdos a uno de los sitios que más me gusta, sería donde la frialdad del desamor, de la poca atención y de pronunciar un nombre que no era el mío, hicieron que la ciudad se hiciera gris, pegajosa, dolorosa.

La comediante que adora el crecimiento personal




Hola, mi nombre es Eliana y aunque no tenga el título de comediante por certificación, lo tengo por vocación.

Lo sé, por mucho tiempo he sido una gran defensora de la tristeza, este blog es una prueba de ello, por lo que decir que soy una comediante es como una contradicción, de hecho no he podido escribir desde otra emoción que no sea la tristeza, ella es una gran protagonista al momento de plasmar mis letras.

Y aunque quisiera escribir justo ahora algo que te haga morir de la risa, sé que en este primer intento no lo voy a conseguir, así que solo voy a soltarme para ver qué pasa.

¿Es posible escribir desde el humor sin que el texto cause risa? Seguramente eso es lo que ocurrirá con este escrito.

Soy una mujer jocosa, irreverente y un tanto imprudente, me gusta hacer reír y hasta burlarme de mí misma, pero nada de esto sale cuando escribo.

La tristeza y sus visitas

Querida tristeza, voy a empezar dejando las cosas claras entre tú y yo. Quiero decirte que te amo porque eres mía y, algo mío no puedo sino que amarlo.

Para mi eres una de tantas emociones que he aceptado y aprendido a  sentir. 

Te confieso que  tú, en concreto, me confrontas con LA VERDAD y, para mi, buscadora incansable de la verdad, esto significa TODO.

Me haces sentir qué y quién es importante en mi vida y qué no: personas, emociones y experiencias.

La tristeza de la traición


Muchos creen que aquellas personas que trabajamos y nos preparamos en el área del desarrollo personal y empoderamiento no nos enfrentamos a problemas o dificultades y esto es completamente falso.

Todos nos enfrentamos a desafíos, problemas y dificultades diariamente, pero lo que nos diferencia es la forma como tendemos a vivir esos momentos.

En este espacio abro mi corazón y te cuento sobre cómo viví la tristeza de la traición.

Según la RAE, la traición se define como una falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener.

Escribir para depurar emociones


Mi blog está cumpliendo cinco años de hermosa existencia y yo lo celebro por todo lo alto porque es mi refugio de letras y porque me ha permitido conocerme a través de la escritura y depurar emociones.

En estos espacios de soledad he escrito más de 150 artículos donde la aceptación personal ha sido la prioridad y el amor propio la bandera, mi vocación de escribir se ha afianzado con cada post y he conocido a una mujer que se escondía detrás de las palabras y de cada letra.

Después de todos estos años escribiendo solo puedo decirte que el ejercicio de escritura es grandioso porque las personas pueden descubrirse a sí mismas, escribiendo de todo y de nada se puede llegar a lugares recónditos de tu ser, puedes hacer el gran viaje de la mente al corazón y brindarte la gran oportunidad de identificar tus patrones y de buscar los mecanismos que utilizas para encontrar y recibir amor.

La escritora detrás de un blog de crecimiento personal


Lo más difícil de escribir sobre crecimiento personal es ser congruente y aplicar lo escrito a las acciones, integrar lo que se lee en las relaciones y reaccionar ante la vida como si ya todo estuviese aprendido, ya que se puede tener una muy buena colección de teoría, pero si no lo integramos en nuestro comportamiento diario, se establece una rara sensación permanente de equivocación emocional y afectiva.

Yo escribo para comprender lo que aún no le entiendo a la vida, para despojarme y sanar viejas heridas, para intentar ser cada día la mejor versión de mí misma.

Si converso con alguien que estoy deprimida o un poco triste o aturdida de soledad, lo primero que me dice es: “no estás haciendo lo que escribes”; pero es que escribo para no dejarle al alma tanto peso, para dejarme en evidencia ante la mirada de una lectora que busca desaforadamente letras que son espejos, palabras que son consuelo.

No vamos a la librería por un libro de autoayuda a preguntarnos si el autor logró o no lo que nos disponemos a leer, no costeamos una obra con la duda de si el escritor lleva una vida plena o si tiene la infelicidad desbordada, nos llevamos algún libro a casa con la esperanza de que algún párrafo, tal vez un capítulo entero, se pare frente a nosotros y nos describa y nos atienda y nos entienda y nos haga saber que alguien también ha padecido como nosotras, sólo que tiene la voluntad de escribirlo y hacerlo notorio.

Así se me fue medio año



Desde que comenzó este año solo me establecí un único propósito: trabajar en mi amor propio, lo cual no quiere decir que me he estado abstrayendo y olvidando del mundo en los últimos seis meses, me he ocupado más bien de organizar mis sentimientos, apaciguar mi ego y de cambiar mis pensamientos, y aunque he trabajado de puertas hacia adentro, lo he estado haciendo para tener una mejor conexión con el mundo que me rodea tan solo colocando el amor propio en su lugar.

Lo primero que identifiqué fue esa mirada externa y la baja tolerancia que tenía a la crítica o a las malas intenciones, sobre todo al referir mi estado de ánimo negativo a otra persona, y es por ello que escribí Cómo la gente te ve, precisamente para identificar desde qué autoestima o desde qué nivel de interpretación dejaba que la opinión de otro me afectara.

Primera actitud a cambiar: No subestimar



Voy a desarrollar en tres lecturas distintas, tres actitudes que debemos cambiar y que tengo la certeza son fundamentales para poder vivir en plenitud y alcanzar el desarrollo personal que tanto deseamos, además de lograr relaciones armoniosas con los seres que amamos y con aquellos que son parte de nuestra cotidianidad, por lo que he denominado a la primera de ellas: No subestimar. Son como una especie de mandatos de vida y es por ello que irán redactados con el verbo en infinitivo y de forma imperativa... Comencemos.

Tenemos la errada costumbre de ir por la vida cuestionando el merecimiento, no solamente el propio, sino el ajeno, pareciera que nos encanta ir en contra de las creencias y capacidades de lo que podemos lograr y de lo que otros pueden llegar a ser o tener, sin darnos cuenta que todos los seres humanos nacemos con una misión específica de vida y desarrollamos para ella dones infinitos que podemos llegar a convertir en potencialidades inimaginadas, y lo único que tenemos que hacer es creer, no más, solo creer; pero de pronto alguien te subestima con comentarios hirientes, y pueden pasar dos cosas, demostrarle lo contrario o creerte la no valía, puedes tomar la subestimación como impulso o dejar que te arrope y nunca descubrir si realmente lo lograrías.

100 posts 100 frases


He llegado a mi post número 100, así que para celebrarlo, he querido extraer de varios artículos 100 frases que de seguro en alguna oportunidad llamaron tu atención y llegaste a recalcar, subrayar, anotar, sugerir, comentar e incluso tuitear, así que mi invitación esta vez es para aquellos que son más fanáticos de las frases que de los textos, para los que prefieren leer solo extractos y no párrafos completos, este post de seguro te va a encantar y con alguna frase te vas a quedar, las he colocado en menos de 140 caracteres para que tuitees con la que más te identifiques.

Coloca la que más te guste en los comentarios y luego envíame un tuit.

1 Si tu vida no ha sido igual que la mía, si tu contexto no coincide con el mío, debo entender entonces que tu opinión no me define.
2 Lo diverso fue lo característico, lo novedoso fue lo reiterativo, el dejar atrás fue la constante y el comenzar de nuevo fue el objetivo.
3 Antes el silencio me aturdía, ahora lo busco desesperadamente para que me cuente de mí.