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Escritoras saliendo del closet



El proyecto de escritura creativa "De Escritoras a Autoras" lleva consigo varias frases que lo caracterizan como: "Alguien necesita leer lo que tú necesitas escribir", "Salir del letargo de la postergación" o el que nos convoca en este post "Escritoras saliendo del closet".


Y no me refiero a revelar nuestras preferencias sexuales, no no no, nada que ver, sino de asumir un compromiso público en donde todas vamos caminando, a paso de cebra, hacia un mismo objetivo: convertirnos en Escritoras Publicadas.

Este año me subiré al barco de la publicación de mi primer libro junto con todas aquellas escritoras que tengan tanto miedo como yo de hacerlo, pero que de igual forma quieren vivir la experiencia y al mismo tiempo no hacerlo solas.

Dar la cara y que te conozcan como escritora no es algo que se logra de la noche a la mañana, es por ello que en este proyecto de escritura creativa te propongo vivir a mi lado un proceso que poco a poco te hará salir de tu guarida, o mejor dicho, salir del closet.

Aunque escribir sea una tarea que requiera solitud, porque al fin y al cabo es un proceso muy personal, la parte de publicación no tiene por qué ser solitario y mucho menos desolado.

Escribir tu primer libro (o el segundo porque en el primero no te fue tan bien) puede ser una actividad divertida, porque definitivamente eso de seguir creyendo en el "escritor atormentado" es un cuento que ya no me creo.

Escribir tu libro en compañía de otras mujeres que tengan el mismo objetivo que tú de publicar puede llegar a ser una experiencia muy enriquecedora ¿no crees?

Así que en este post he reunido a las mujeres que me estarán acompañando este año a publicar mi libro y el de ellas también por supuesto y empezamos respondiendo a esta pregunta: ¿Cuál es mi mayor miedo al saber que me convertiré en Escritora Publicada?

Leamos cuáles fueron sus respuestas y al final te comparto la mía.

A pesar de que vencí varios miedos al crear mi blog y publicar mi primer libro, aún hábito el temor a no ser lo suficientemente buena. Miedo a que el mensaje que comparto se quede en la superficialidad y que cometa algún error en la entrega de mi contenido.

Ese temor me ha paralizado en varias ocasiones, pero en el presente me moviliza a seguir estudiando, a actualizar mis conocimientos, a confiar en mi experiencia, en mis capacidades y a dar lo mejor de mí para ayudar aquellas personas que me leen.


Desde antes de iniciar esta actividad con Eliana, me he venido haciendo la pregunta: ¿Sobre qué quiero escribir? Mi área es tan técnica, hay muchos libros sobre la materia y además es sobre lo que me gusta hablar y escribir, que mi principal miedo es precisamente el no saber cómo enfocar este primer proyecto literario. Tengo miedo de hacerlo mal, de defraudar a quienes me siguen y de fallar en el intento de ser escritora. Incluso tengo miedo de hacer algo que no se vea correcto a los ojos de otros profesionales.

Siempre tengo en mi mente la famosa frase de Benjamín Franklin: “En este mundo nada es seguro, excepto la muerte y los impuestos”, y, precisamente es esta frase la que me ha inspirado a dar a conocer el tema de los impuestos a mucha gente, pero desde un punto de vista mucho más cercano y entendible para aquellos que no lo trabajan diariamente. ¿Y por qué? Porque si bien es cierto que los impuestos los pagamos todos los días, muy pocos conocen los efectos que tienen en sus modelos de negocios, y corren el riesgo de ser sancionados por no conocer con exactitud cuáles son esos impuestos que le aplican dependiendo de la actividad que ejercen.

Y de ahí parte mi miedo, ¿Cómo escribo para un público que tiene que saber sobre este tema, pero que no sea tan tedioso? ¿Cómo explicar algo técnico de forma sencilla, y por qué no, divertida y amena? ¿Será que se puede? Y encontré esta frase: “El humor es parte de la vida y en consecuencia no debe ser excluido, ni aun de la literatura seria” (Lin Yutang), por lo que creo que no solo se puede, sino que es necesario hacerlo. El cómo ya lo aprenderé, porque eso es lo que buscamos aprender a través de lo que veremos en los próximos meses.


Escribir para mi significa dejar al descubierto la esencia de mi Ser, eso que no me atrevo a decir, lo escribo. Considero mi mayor miedo es alzar mi voz (a través de la escritura), y ese miedo proviene de la infancia cuando se me programó para callar cuando los adultos hablaban, y es algo que a pesar del tiempo, inconscientemente continúo haciendo. Y ese miedo a alzar mi voz está asociado al juicio, igualmente proviene de la infancia, por la presión de ser una niña buena y cumplir con las expectativas de mis padres. Y si voy un poquito más profundo, se traduce en miedo al rechazo, a que invaliden mi forma de pensar, sentir y actuar.

Por lo general, tendemos a mirar al miedo como algo negativo, que nos paraliza y nos impide actuar o, en su defecto, salir corriendo despavoridos. Hoy, como adulto responsable, elijo ver el miedo como un impulso, ese que necesito para llenarme de valor y dar el primer paso hacia donde mi intención y mi atención se enfocan. Encarar este miedo significa un punto de maduración en mi crecimiento personal. Hoy elijo cumplir solo con mis expectativas, superando todas las barreras que me impiden Ser quien verdaderamente Soy,  y co-crear esa vida que tanto sueño y merezco, convertirme en una escritora publicada, y quien quita, hasta Best Selling Author.



El mero hecho de pensar que voy a escribir y que otros me van a leer me causa una leve sensación de inseguridad, temor y pánico que se apoderan rápidamente de mi cuerpo. ¿Levanta la mano si a ti te pasa igual? Es que de repente me entra el síndrome del impostor. Lo primero que pasa por mi mente es; ¿Y qué tal si no les gusta a mis lectores? (Herida del Rechazo) ¿Y si lo que escribo no da el grado de lo que esperan de mi (crítico interno)? ¿Y si no me queda bien? (Perfeccionismo al 100 por ciento).

Pero al igual que yo, debe haber cientos de mujeres que pasan por la misma situación. Pero que también sé que deben tener una historia que contar, alguna experiencia que va a contribuir y enriquecer la vida de otras mujeres. Y que por el temor al qué dirán o qué pensarán de mí, no se atreven a contar su historia.

¡Así que hoy llegó el día! Que a pesar de que mi mayor miedo enfrentarme a la crítica o lo que podrían pensar de mí, hoy no me voy a atrever. Y como el miedo es una de las emociones básicas y sin ella no experimentaríamos otras emociones, le voy a dar gracias por su aportación. Sin embargo, le recordaré que su tiempo ha terminado y que su presencia ya no es necesaria. Y si me ruega que lo deje venir, le voy a dar permiso para que me acompañe, pero con la aclaración de que la conductora del viaje soy yo. Como dice Elizabeth Gilbert, el miedo puede ir en el asiento de atrás, sin derecho a hablar, ni opinar. Alguna vez leí que el coraje es la capacidad de lograr tu objetivo a pesar del miedo. Así que miedo, allá voy. Este año me van a leer.


Mi mayor sombra siempre ha sido el miedo, particularmente el miedo al rechazo. Desde hace mucho sueño y fantaseo con publicar mi primer libro; inclusive puedo llegar a experimentar esa emoción que viene desde mi estómago y se extiende por todo mi cuerpo, puedo ver esa risa amplia que llena mi rostro y me hace sentir plena y dichosa. Pero es en ese justo momento que se acerca la sombra y empieza a cubrir mi sueño, me paraliza y me hace sentir aterrada, me hace dudar y pensar que no seré suficiente, que seré rechazada y criticada duramente. Y esa sensación es la que no me deja avanzar y hace que me detenga, que no me deje salir de mi zona de confort.

El miedo a exponerme a situaciones que siempre he evitado, como el mostrar esos sentimientos, esas emociones o tal vez esas historias llenas de alegrías y sueños que quisiera escribir. Mi querer publicar para que me lean, es algo que para mi tiene mucho valor, y creo que ligado a ese valor, es que lo cuido de exponerlo a los demás…

Aquí tomó un parte muy privada de mi vida, que es mi autoestima, que increíblemente juega un papel importante en mi historia, ya que al pensar que nunca ha sido muy alta, pienso que quizás siempre he tenido miedo de mostrarme tal como soy. Aún teniendo la claridad que mis virtudes, y que mis debilidades se merecen ser consideradas con cariño.

Puede ser que a nadie le guste lo que escribo, así como también puedo estar equivocada y que les encante lo que tengo para mostrar… 
Y así de a poco voy pensando todos los días, que quizás si debo mostrarme vulnerable, y desde ahí ir construyendo cada día esa parte de mi vida y de mi transformación personal. Donde sé que me puedo abrir a lindos y nuevos caminos, de mayor aprendizaje de mi misma.


Me caracterizo por ser una mujer que no le tiene miedo a nada, y me fui a la cama con la pregunta en la cabeza. Al ser una escritora autopublicada y coautora se puede decir que ya pasé el susto de la reacción de los lectores, el nerviosismo del que dirán, cuántos libros se van a vender, cuántos errores tiene el libro, sea como sea, etc. Pero verlo en papel es todo un gozo. Así que respiré y seguí hurgando en la pregunta, pensando que no me gusta o que le tengo miedo.

Y puedo aceptar que es el miedo a que me corrijan, lo odio, comenzando por que no me gusta leer lo que escribo, convertir mi blog en un libro, fue un proceso bonito, al final un blog es un diario digital donde te puedes expresar en público, pero sin ser algo invasivo, los comentarios te animan a seguir y para mí, combinar fotografía y poesía ha sido un bálsamo para el alma. Como tengo muchas ideas en la cabeza, que van desde escribir cuentos para niños, hasta una novela, una vez alguien me dijo que debía de tener mucho respeto por los lectores, sin duda un sabio consejo que no recibí del todo serena, lo fui digiriendo lentamente obviamente desde mi apreciación, porque la otra persona no sabe qué es lo que escribo.

Me identifico con muchos escritores como Herman Hesse, Wayne Dyer o Richard Bach encuentro frases en sus libros que me han marcado y que a veces pienso que son mías, ese tipo de literatura que te atrapa, que recuerdas y la vives es sin duda el tipo de libros que cualquier lector merece. Humildemente puedo decir que quizás el título de escritora me quede grande y que la impostora siga dirigiendo mis dedos para teclear un libro que llegue al corazón de muchas personas. Con muchas ganas de salir del closet.



Una de las primeras barreras que tuve que pasar fue la idea en mi mente de no saber escribir, de no saber transmitir lo que deseaba a través de la palabra escrita, por mucho tiempo me decía a mi misma que no era buena escribiendo.

Cuando me vencí ante esa idea y me dejé llevar por la magia de la escritura, vino de visita mi amigo el miedo a contarme historias acerca de que lo que estoy escribiendo no es tan bueno para otros, que no será leído, que no contribuirá con nadie. Esas historias, me ponen de frente ante uno de los miedos más fuertes para mí, exponerme ante los demás y ser invisible, que no me vean, en este caso, que no lean lo que escribo y que mis textos pasen desapercibidos por completo.



Enfrentar mi mayor miedo, es enfrentarme al pensamiento de verme achicada como tanto se me repitió durante mis años de infancia. No es que el otro me lo dijera. Primero fue mi interpretación de lo que creía era su visión de mí. Luego era ver realizada esa especie de premonición respecto a mí. Pues de alguna forma me presentaba digamos como inútil para de ese modo ser aceptada por los demás, así realizaba mi premonición.

Los demás no eran los otros lejos de un vínculo inicial. Los otros eran mi hermana y mi madre. Pues al chocarme con su visión de las cosas me imponían la suya propia y fue así que aprendí de modo equívoco a dar más importancia al criterio, pensamiento o deseos del otro que los míos propios. Mi mayor miedo es violentar un acuerdo tácito entre ellas y yo. Por lo que, al salir a la luz, aceptando mi grandeza frente a todos, yo saldré de la forma usual a la que me acostumbré para encajar entre ellas. Romperé la homeostasis del grupo. Lo haré porque es parte de mí experimentar mi libertad de ser y hacer. También enfrentaré mi duelo. Lo haré de buena gana por cuanto es necesario verme brillar con mi propia luz. Ahora sin miedo a expandirme.
 



Mi mayor miedo de convertirme en escritora publicada recae en el compromiso que asumo conmigo misma y con mis lectores y abandonar el proyecto. Eso, me da miedo abandonar, iniciar y que sea el ánimo de una época y no culminar, creer que no soy buena, que estoy perdiendo mi tiempo y que realmente es un hobby que no requiere mucho mi atención y mi energía. También me da miedo casarme con mis palabras y pensamientos y cuando pase el tiempo y las vuelva a leer me sienta totalmente extraña ¿miedo a los cambios?

Me da miedo encasillarme con una idea, meterle toda mi investigación y pasión, enceguecer y no ver el panorama más amplio. Soy una mujer apasionada, cuando una idea se me mete en la cabeza es difícil que salga de allí, me caso y me comprometo con un enfoque y allí me quedo y me ciego. Entonces ¿Miedo a reconocer mis pasiones y hacerlas expuestas? Muy seguramente.



Mi miedo viene muy ligado con mi herida de insuficiencia, al parecer no soy suficientemente buena en nada, ni como mamá, ni como pareja o hija o amiga, y mucho menos como escritora, pero sin querer quedarme en la superficialidad de esta herida, me he ido a lo más profundo de mi psique para buscar dónde y cuándo se generó este miedo, claro que en primera instancia me encuentro con mi ego, ese que me vive gritando que siempre falta algo o que tengo algo de más como mi sobrepeso, poniéndolo incluso como referente de lo que no puedo lograr.

Así que al sucumbirme en mi historia puedo encontrar mis heridas de rechazo y abandono comandando mi vida, y parece mentira, las heridas si no las miras de frente, pueden tomar decisiones en tu presente, de hecho atacan al presente constantemente con el pasado, haciéndote creer que cada nueva experiencia se parece a algo que ya viviste, al hacerme consciente de esto me he dado cuenta que mi postergación de AÑOS para no escribir ni publicar mi libro tiene que ver más que todo con mi insuficiencia y, que esta insuficiencia, se ha venido alimentando todos estos años de mis heridas, pero al desenmascararlas, puedo trabajar ahora por una mejor versión de mi que se desapegue del pasado y que se ancle en el presente.


Quiero aclarar que en este grupo de escritoras no todas vamos al mismo ritmo, algunas llevamos tiempo trabajando en la escritura, algunas ya tienen hasta su primer libro publicado, pero hay otras que todavía no han salido del closet, pero no importa, porque hemos creado este grupo de apoyo para caminar juntas hacia el mismo objetivo de publicación.

¿Te quieres unir a nosotras?

Este 22 de febrero es nuestra segunda reunión "De Escritoras a Autoras" en donde vamos a revisar nuestras creencias limitantes a partir de 21 excusas que he estructurado para no empezar, avanzar o culminar nuestro proyecto literario.

Te puedes unir aquí y ser parte de este grupo que va rumbo hacia la publicación y que además vamos tomadas de la mano inspirándonos y empujándonos para hacer nuestro sueño de publicación realidad.

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