¿Qué es la emoción del Optimismo para mí? ¿Por qué soy Optimista? ¿Cómo vivo yo el Optimismo? ¿Por qué considero que el Optimismo es la mejor actitud y emoción para vivir una vida plena y feliz?
Cuando me preguntan cómo me defino, suelo decir que soy una persona Optimista, positiva, alegre y con muchas ganas de vivir y aprender cosas nuevas, de conocer a personas que me aporten, que me sumen, que ayuden a crecer personal y profesionalmente.
Personas a las que admiro y que despiertan mi curiosidad, y creatividad como lo hace Eliana. ¡Gracias Eliana por ser una fuente constante de inspiración para mí y para muchas personas que estamos siguiendo todo lo que haces!
También digo que me encanta tener una visión de la vida Optimista, que esa es la mejor manera de ver, sentir y vivir la vida para mí. ¡Qué el Optimismo me ha enseñado a vivir plena y feliz!
Después de leer esta introducción quizá te esté pasando por la mente la siguiente reflexión, sí, eso está muy bien Mariví, pero ¿Por qué ser Optimista es la mejor actitud para vivir una vida plena y feliz? Si veo, siento y vivo las cosas que me pasan desde una emoción Optimista quizá pierda la perspectiva real de las mismas. ¿Por qué ser Optimista y no pesimista? Sigue leyendo y al final de este post vemos si esa reflexión sigue estando en tu mente 😉 o se ha disipado…
Atreverme, y permitirme vivir y sentir el momento presente, ser curiosa y Optimista con mi vida, con las cosas que me pasan y suceden a mi alrededor.
Creer que todo o casi todo tiene solución, porque para mí esa creencia no es un ilusorio Optimismo, es talento, creatividad, ingenio, inteligencia, ilusión por crear la vida que deseo vivir.
El Optimismo, me ha enseñado que mi vida puedo vivirla disfrutándola o sufriéndola, entender que todo lo que vivo es mi responsabilidad, que cuando algo que a priori es negativo, puedo cambiarlo, buscar su parte positiva, y adaptarlo a esa visión Optimista que considero que es la que me va a hacer encontrar una solución mucho más real y resolutiva de la misma.
No entrar en ese bucle en el que entraría si escuchara e hiciese caso a esa vocecita que no para de decirme, ¿por qué me ha pasado esto a mí? ¿Qué he hecho yo para que me pase? Que no tiene solución lo que me está pasando, que no puedo ver algo bueno, que sea realista y negativa, que la escuche y haga lo que ella me dice, recrearme en el sufrimiento de ese momento y bloquearme para encontrar una solución, ya que no hay otra opción.
Con los años he ido bajando el volumen de esa vocecita, aprendiendo a no escucharla, casi casi no tiene cabida en mi vida esa parte oscura y pesimista que nubla mi creatividad, mi talento, mi alegría, y que apuesta porque me resigne y no busque soluciones, que el Optimismo me ha enseñado que es cuestión de tiempo encontrar.
Que hacerlo así es clave para mi felicidad, para mi tranquilidad, que esa actitud Optimista centra mis emociones y sentimientos, que son la base de ese comportamiento Optimista que me ayuda a buscar y buscar opciones que sé que serán la solución a esa situación negativa que estoy viviendo, que es cuestión de perseverar y perseverar.
Hace unos años leía que las personas Optimistas tienden a estar de mejor humor, son perseverantes, más exitosas y tienen mejor salud.
Hay muchos estudios que han demostrado que las personas con altos niveles de Optimismo, autoeficacia (el creer que tú puedes), y esperanza salen más fortalecidas de situaciones traumáticas y estresantes.
Cuando leí esto, no era consciente de lo beneficioso que era para mí el Optimismo, de cómo mi salud física y mental se fortalecían con esta actitud y emoción.
Reflexioné sobre lo que había leído, y llegué a la conclusión de que lo que acababa de leer era lo que experimentaba cada vez que me encontraba con una situación que las demás personas veían como negativa, y que no tenía solución. Para mí era ese Optimismo, esa emoción, la que me hacía ver que sí que la había, haciéndome sentir mejor, y ponerme en acción para buscar las posibles soluciones.
El Optimismo me predispone a experimentar emociones positivas, además de ayudarme a solucionar problemas de manera más eficaz, que de otra manera sería imposible de solucionar.
Personalmente no concibo la vida sin Optimismo, mi experiencia me ha demostrado que esa es la mejor manera de vivir plena y feliz, de construir una vida que se adapte a la que deseo vivir.
Que toda esa negatividad, oscuridad, poca ilusión por vivir desaparecen si la emoción del Optimismo está en el primer lugar de cualquier acción que decida emprender.
Ser Optimista me ha enseñado a disfrutar intensamente de cada instante que vivo, a descubrir que las pequeñas grandes cosas de la vida son las que yo decido que sean, que lo sencillo es lo importante. Que una de las cosas más valiosas que tengo es mi actitud, que mi mente, mi visión de la vida me pertenece a mí y a nadie más.
Por eso cuando miro a mi alrededor y pese a todo lo que estamos viviendo actualmente, sigo pensando que esto es algo que pasará y que la emoción del Optimismo es lo que ayudará a muchas personas a afrontarlo desde la esperanza y la ilusión, desde la fe por lo que el futuro que iremos construyendo entre todos nos deparará.
Muchas personas dirán que ser Optimista no es lo que toca ahora, que es mejor ser negativo, vivir lo que estamos viviendo con sufrimiento, tristeza, angustia y con la mente bloqueada sin ver salida ni solución, que hay que abrazar el dolor que estamos viendo, sintiendo.
Tener una visión Optimista no es fácil, esta emoción tiene muchos detractores y tú tienes que aprender a protegerte de ellos, ya que te guste o no habrá momentos en tu vida en la que el pesimismo, la negatividad, y la oscuridad de lo que vivas te hará alejarte de ella y caer en el pesimismo, en la negatividad y en no ver la luz al final del túnel de lo que estas viviendo, sintiendo.
Si te permites estar en esa emoción pesimista durante un espacio de tiempo que te haga sentir lo que tienes que sentir y aceptarlo, será sanador para ti, y si eres capaz de entender que desde ahí, desde esa emoción pesimista no podrás crecer, evolucionar, ni solucionar nada, que sí lo harás cuando tu emoción Optimista y realista de lo que estás viviendo florezcan, salgan a la luz, entonces serás consciente de lo beneficioso que es para ti, de cómo el Optimismo te enseña a vivir como me ha enseñado a mí.
Para mí esa es la mejor actitud y emoción para vivir, la forma de ser feliz y afrontar los obstáculos y grandes retos que la vida me presenta y regala para aprender a crecer y a evolucionar.
Después de lo que acabas de leer, tu mente sigue preguntándose y reflexionando ¿Por qué ser Optimista es la mejor actitud para vivir una vida plena y feliz? ¿Qué si ves, sientes y vives las cosas que te pasan desde una emoción Optimista quizá pierdas la perspectiva real de las mismas? ¿Por qué ser Optimista y no pesimista?
Tengo una curiosidad que solo tú podrás resolver ¿Te gusta tu vida, eres feliz con ella? ¿Sabes lo que realmente te hace feliz? ¿Por qué tu emoción ante una situación negativa es la que es?
Cuéntanos en los comentarios, que Eliana y yo estamos deseando leerte y saber cómo ves y vives tú esta intensa emoción que es el Optimismo.
¿Qué es la emoción del Optimismo para mí?
Atreverme, y permitirme vivir y sentir el momento presente, ser curiosa y Optimista con mi vida, con las cosas que me pasan y suceden a mi alrededor.
Creer que todo o casi todo tiene solución, porque para mí esa creencia no es un ilusorio Optimismo, es talento, creatividad, ingenio, inteligencia, ilusión por crear la vida que deseo vivir.
¿Por qué soy Optimista?
El Optimismo, me ha enseñado que mi vida puedo vivirla disfrutándola o sufriéndola, entender que todo lo que vivo es mi responsabilidad, que cuando algo que a priori es negativo, puedo cambiarlo, buscar su parte positiva, y adaptarlo a esa visión Optimista que considero que es la que me va a hacer encontrar una solución mucho más real y resolutiva de la misma.
No entrar en ese bucle en el que entraría si escuchara e hiciese caso a esa vocecita que no para de decirme, ¿por qué me ha pasado esto a mí? ¿Qué he hecho yo para que me pase? Que no tiene solución lo que me está pasando, que no puedo ver algo bueno, que sea realista y negativa, que la escuche y haga lo que ella me dice, recrearme en el sufrimiento de ese momento y bloquearme para encontrar una solución, ya que no hay otra opción.
Con los años he ido bajando el volumen de esa vocecita, aprendiendo a no escucharla, casi casi no tiene cabida en mi vida esa parte oscura y pesimista que nubla mi creatividad, mi talento, mi alegría, y que apuesta porque me resigne y no busque soluciones, que el Optimismo me ha enseñado que es cuestión de tiempo encontrar.
Que hacerlo así es clave para mi felicidad, para mi tranquilidad, que esa actitud Optimista centra mis emociones y sentimientos, que son la base de ese comportamiento Optimista que me ayuda a buscar y buscar opciones que sé que serán la solución a esa situación negativa que estoy viviendo, que es cuestión de perseverar y perseverar.
¿Cómo vivo yo el Optimismo?
Hace unos años leía que las personas Optimistas tienden a estar de mejor humor, son perseverantes, más exitosas y tienen mejor salud.
Hay muchos estudios que han demostrado que las personas con altos niveles de Optimismo, autoeficacia (el creer que tú puedes), y esperanza salen más fortalecidas de situaciones traumáticas y estresantes.
Cuando leí esto, no era consciente de lo beneficioso que era para mí el Optimismo, de cómo mi salud física y mental se fortalecían con esta actitud y emoción.
Reflexioné sobre lo que había leído, y llegué a la conclusión de que lo que acababa de leer era lo que experimentaba cada vez que me encontraba con una situación que las demás personas veían como negativa, y que no tenía solución. Para mí era ese Optimismo, esa emoción, la que me hacía ver que sí que la había, haciéndome sentir mejor, y ponerme en acción para buscar las posibles soluciones.
El Optimismo me predispone a experimentar emociones positivas, además de ayudarme a solucionar problemas de manera más eficaz, que de otra manera sería imposible de solucionar.
Hay obstáculos que parecen insalvables, que me van a impedir hacer lo que deseo hacer, pero si esa visión, actitud y emoción Optimista que me acompaña prevalece, se hace fuerte ante ese obstáculo, poco a poco iré derribándole y el Optimismo será el que me enseñará cómo hacerlo con el menor desgaste emocional posible.
¿Por qué considero que el Optimismo es la mejor actitud y emoción para vivir una vida plena y feliz?
Personalmente no concibo la vida sin Optimismo, mi experiencia me ha demostrado que esa es la mejor manera de vivir plena y feliz, de construir una vida que se adapte a la que deseo vivir.
Que toda esa negatividad, oscuridad, poca ilusión por vivir desaparecen si la emoción del Optimismo está en el primer lugar de cualquier acción que decida emprender.
Ser Optimista me ha enseñado a disfrutar intensamente de cada instante que vivo, a descubrir que las pequeñas grandes cosas de la vida son las que yo decido que sean, que lo sencillo es lo importante. Que una de las cosas más valiosas que tengo es mi actitud, que mi mente, mi visión de la vida me pertenece a mí y a nadie más.
Por eso cuando miro a mi alrededor y pese a todo lo que estamos viviendo actualmente, sigo pensando que esto es algo que pasará y que la emoción del Optimismo es lo que ayudará a muchas personas a afrontarlo desde la esperanza y la ilusión, desde la fe por lo que el futuro que iremos construyendo entre todos nos deparará.
Muchas personas dirán que ser Optimista no es lo que toca ahora, que es mejor ser negativo, vivir lo que estamos viviendo con sufrimiento, tristeza, angustia y con la mente bloqueada sin ver salida ni solución, que hay que abrazar el dolor que estamos viendo, sintiendo.
Tener una visión Optimista no es fácil, esta emoción tiene muchos detractores y tú tienes que aprender a protegerte de ellos, ya que te guste o no habrá momentos en tu vida en la que el pesimismo, la negatividad, y la oscuridad de lo que vivas te hará alejarte de ella y caer en el pesimismo, en la negatividad y en no ver la luz al final del túnel de lo que estas viviendo, sintiendo.
Si te permites estar en esa emoción pesimista durante un espacio de tiempo que te haga sentir lo que tienes que sentir y aceptarlo, será sanador para ti, y si eres capaz de entender que desde ahí, desde esa emoción pesimista no podrás crecer, evolucionar, ni solucionar nada, que sí lo harás cuando tu emoción Optimista y realista de lo que estás viviendo florezcan, salgan a la luz, entonces serás consciente de lo beneficioso que es para ti, de cómo el Optimismo te enseña a vivir como me ha enseñado a mí.
Para mí esa es la mejor actitud y emoción para vivir, la forma de ser feliz y afrontar los obstáculos y grandes retos que la vida me presenta y regala para aprender a crecer y a evolucionar.
Después de lo que acabas de leer, tu mente sigue preguntándose y reflexionando ¿Por qué ser Optimista es la mejor actitud para vivir una vida plena y feliz? ¿Qué si ves, sientes y vives las cosas que te pasan desde una emoción Optimista quizá pierdas la perspectiva real de las mismas? ¿Por qué ser Optimista y no pesimista?
Tengo una curiosidad que solo tú podrás resolver ¿Te gusta tu vida, eres feliz con ella? ¿Sabes lo que realmente te hace feliz? ¿Por qué tu emoción ante una situación negativa es la que es?
Cuéntanos en los comentarios, que Eliana y yo estamos deseando leerte y saber cómo ves y vives tú esta intensa emoción que es el Optimismo.
Mariví Porras es la invitada número 9 de mi podcast El club de las mujeres imperfectas y con ella hablé sobre la sombra del temor a sufrir.
Conocí a Mariví en el 2017 en un grupo de blogueras donde ambas partípamos, allí comenzamos a leer mutuamente nuestros blogs y fue por ello que la invité a mi proyecto del 2018.
¿Sabías que Mariví es la escritora invitada que más publicaciones tiene en mi blog?, por cuatro años consecutivos sus letras se han plasmado en algún post donde ella mágicamente nos regala su amabilidad, su entusiasmo y su buena energía.
Yo he estado en su podcast, ella ha estado en el mío, yo he escrito en su blog, ella ha escrito en el mío, hemos creado una linda amistad de blogueras que se apoyan y se respaldan a la distancia. Nunca la he visto en persona pero siento como si la conociera de cerca.
Mariví es la creadora de Tu amiga online y del blog Sé feliz a tu manera, ella nos trae a la emoción del Optimismo, y es que no podía ser de otra manera, porque mi invitada es una gran defensora de la felicidad y todas esas emociones que sean hermanas de la alegría, ella tiene un gran dominio de ellas y el optimismo es una emoción que se parece mucho a ella.
Sigue a Mariví en Instagram, allí ella está dando las notificaciones de su podcast Deseos de Vida y puedes contagiarte de su buena vibra.
Muchas gracias, Mi Querida y Admirada Amiga Eliana por crear este espacio que es un maravilloso regalo para tantas mujeres. Para mí es todo un lujo el poder formar parte de él, y un privilegio el ser la escritora invitada que más publicaciones tiene en “Espacios de Soledad”.¡Wowwww qué ilusión que hayas creído y confiado en mí durante estos años, gracias de corazón!
ResponderEliminarComo dices nunca nos hemos visto en persona, sí Online, pero es como si nos conociéramos de toda la vida, hemos ido creando una preciosa amistad en la distancia, apoyándonos y ayudándonos para seguir haciendo realidad nuestros sueños, DESEOS de VIDA. ¡Gracias por tus bonitas palabras Eliana, el sentimiento de admiración y cariño es mutuo! :)
Te deseo mucho éxito con este precioso proyecto de mujeres que emocionan. Espero que a tus lectoras les guste el post, y sobre todo que pongan en práctica por ellas mismas ver y vivir la vida con esta maravillosa emoción que es el Optimismo, como plasmo en este escrito a mí me ha enseñado y sigue enseñando a vivir y a disfrutar de cada momento, a tener una vida mucho más plena y feliz, por lo que animo a que se permitan ser generosas con ellas mismas y se dejen seducir por esta intensa emoción.
¡Un fuerte abrazo querida amiga desde Madrid!
Que se multipliquen las personas optimistas como marivi! Excelente escrito
ResponderEliminarMuchísimas GRACIAS por pasarte a leer y por tu comentario!!!
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