La comediante que adora el crecimiento personal

Hola, mi nombre es Eliana y aunque no tenga el título de comediante por certificación, lo tengo por vocación.

Lo sé, por mucho tiempo he sido una gran defensora de la tristeza, este blog es una prueba de ello, por lo que decir que soy una comediante es como una contradicción, de hecho no he podido escribir desde otra emoción que no sea la tristeza, ella es una gran protagonista al momento de plasmar mis letras.

Y aunque quisiera escribir justo ahora algo que te haga morir de la risa, sé que en este primer intento no lo voy a conseguir, así que solo voy a soltarme para ver qué pasa.

¿Es posible escribir desde el humor sin que el texto cause risa? Seguramente eso es lo que ocurrirá con este escrito.

Soy una mujer jocosa, irreverente y un tanto imprudente, me gusta hacer reír y hasta burlarme de mí misma, pero nada de esto sale cuando escribo.

Si estuvieras frente a mi ya te hubiese sacado una sonrisa, simplemente porque así es mi forma de ser, la ironía y los chistes groseros son mi especialidad, pero no sé llevarlo a la escritura (todavía).

Para mí el escribir es sinónimo de limpieza emocional y es como difícil relacionarlo con el humor.

El humor ha sido siempre un gran mecanismo de defensa, pero es solo eso, un lugar para refugiarse un rato pero nunca lo he asociado con el crecimiento personal, hasta hace pocos días cuando la comediante que hay en mí me despertó a media noche y me dijo: -Yo también quiero escribir-, y yo le contesté: -Déjate de eso que tú solo sabes contar chistes, así que déjame dormir-.

Pero ¿cómo escribir desde el humor y que al mismo tiempo eso signifique sanación emocional? Es allí donde todavía no consigo la congruencia.

Ser la graciosa del grupo no siempre es favorable, ya que el día que decido estar seria porque sencillamente no me provoca ser graciosa, nadie es gracioso para mi, incluso a la comediante que hay en mí la he dejado relegada en los últimos años, ya que la cotidianidad de la vida te hace olvidar que también te puede doler la barriga de tanto reír y que hacer reír a los demás es un acto de generosidad con la vida.

Si me has leído antes te podrás haber dado cuenta que en este blog no se vislumbra por ninguna parte el rastro de una comediante, y si has llegado hasta este párrafo y todavía no has encontrado la gracia, es porque en ninguna de estas líneas he demostrado lo divertida que soy, créeme lo estoy intentando.

Y es que aparte de ser graciosa y elocuente, también soy una apasionada del crecimiento personal, llevo casi una década dedicada a trabajar arduamente en la mejor versión de mí y desde un principio entendí que debía hacerlo desde la seriedad y no desde la parte humorística.

Pareciera que la graciosa y la escritora no compaginan, de hecho, la imagen que he demostrado durante los últimos años en este blog es la de escritora seria que para nada se le atribuiría el título de bromista, pero lo soy, y no estoy tratando de convencerte, soy muy cómica aunque este texto te esté haciendo bostezar.

Lo cierto es que quiero rescatar a la comediante que hay en mí y también darle el permiso de escribir, de expresarse por esta vía y lo quiero hacer más que todo como un reto personal, quiero descubrirme de esta manera porque desde este ángulo sé que también se le puede escribir a la vida.

La mujer seria que ha sido por mucho tiempo la cara de este blog también es risueña y divertida, lo poético lleno de nostalgias y melancolías lo voy a dejar de lado por un rato para atreverme a escribir desde el humor pero sin dejar por fuera al crecimiento personal.

Voy a lograr que mis reflexiones te den risa usando recursos como lo absurdo y lo grotesco, dejaré que lo jocoso se asome entre mis líneas para contarte mi historia desde otra arista.

Y es que creo que la historia de una mujer insegura que pasó por duros procesos de baja autoestima es un súper tema que puede entretener pero también hacerte reflexionar desde la risa, no pretendo hacer el ridículo al escribir mi historia desde lo sarcástico, pero sí quiero sacar a pasear la agudeza de lo risible a través de la historia de una mujer que se cansó de ser celosa de sus fantasmas mentales.

La ocurrencia es también una rama de la inteligencia y de esa tengo mucha, aclaro que no quiero irme por los caminos de lo mordaz y lo burlesco, pero sí tengo ganas de tomar mi historia y jugar un rato con ella desde el humor negro.

La verdad es que sigo sin saber qué tiene que ver el crecimiento personal con la comedia, pero lo voy a averiguar y es un reto que voy a asumir desde la escritura, porque no tengo ninguna dificultad cuando verbalizo desde el humor pero sí se me hace difícil cuando lo escribo, solo quiero hacer textos más amenos donde la tristeza no se asome para hacer corrección de estilo y que pueda darme el lujo de trabajar mi espontaneidad desde la comedia.

Disculpa de verdad si esta vez no te hice reír, la próxima vez me esmeraré en construir párrafos más entretenidos, por ahora solo quiero decirte que la comediante y la escritora han firmado un contrato indefinido, espero que esta alianza me ayude a crecer y a ti te permita disfrutar una lectura diferente desde el crecimiento personal.

¿Te gusta la combinación de humor y desarrollo personal? Me encantaría leerte en los comentarios.