Alegría, miedo,
tristeza, ira, sorpresa y asco son las emociones básicas, pero ¿qué se deriva a
partir de ellas?
Las emociones básicas son
solo el inicio de un mundo de sentires inmenso con el que seguro no estamos
identificadas.
Y es que sabemos manejar mejor las emociones que son placenteras como la dicha
o el entusiasmo, pero cuando la emoción no lleva consigo placer como la
frustración, la decepción o el desaliento, hacemos entonces todo lo posible por
no sentirla o por ocultarla para que no la noten.
Es cierto, nadie nos ha enseñado a expresar nuestras emociones, es una cultura
relativamente nueva, de hecho cuando buscas artículos en la web que hablen
sobre vocabulario emocional, la mayoría están enfocados en enseñanzas aplicadas
a los niños pero pocos le apuntan al adulto como para que sepa diferenciar, por
ejemplo, entre una emoción de miedo y una emoción de ira.
Un amplio vocabulario emocional no solo nos ayuda a tener respuestas claras,
sino que nos ayuda a sincerarnos con nosotras mismas, porque con el solo hecho
de darle nombre a eso que sientes la tensión en tu cuerpo se alivia.
Si observas bien la imagen podríamos decir que estas 8
mujeres están atravesando por una emoción de sorpresa, y es cierto, pero no
todas están sorprendidas de la misma manera.
Cuando no profundizamos en nuestras emociones ni le damos
nombre a lo que sentimos nos quedamos atrapadas en una perspectiva muy corta de
lo que realmente ocurre en nuestro interior, y al no gestionarlo adecuadamente,
podemos reaccionar de manera desbordada o actuar de forma desproporcionada ante
cualquier situación.
Volviendo a la imagen, podríamos decir que una de estas
mujeres está eufórica, la otra está rabiosa, una siente vergüenza, otra está
atemorizada, una se encuentra realmente asombrada, la otra está exaltada, una
ha quedado preocupada y la otra siente bastante peso de culpa por lo acontecido.
Todas ellas
están viviendo un mismo momento pero cada una lo está experimentado desde sus
vivencias y cómo están involucradas con lo acaecido.
Tenemos una memoria emocional que mueve la energía de nuestro cuerpo, el cual es sabio y solo nos invita a sentir la emoción y si es preciso padecerla, por tanto, expresarla.
Tenemos una memoria emocional que mueve la energía de nuestro cuerpo, el cual es sabio y solo nos invita a sentir la emoción y si es preciso padecerla, por tanto, expresarla.
Además de que las emociones se dividen de acuerdo a su categoría
básica, también se dividen por intensidad, por ejemplo, cuando dices que estás
triste yo te podría preguntar ¿de qué tamaño es tu tristeza? Y es que no es lo
mismo sentirse devastado (intensidad fuerte), melancólico (intensidad moderada)
o afligido (intensidad débil).
Lo mismo ocurre con el miedo, no es lo mismo sentirse
aterrado (intensidad fuerte), inquieto (intensidad moderada) o preocupado
(intensidad débil).
Y tú me dirás “pero yo las veo todas iguales”, pero no es
así. El vocabulario emocional te permite expresarte de una manera adecuada y
además te abre el entendimiento para poder empatizar con quienes te rodean.
Porque saber de emociones no solo le corresponde a lo que tú
sientes, sino que se extiende hacia lo que siente el otro y cómo permites que
ese sentir te afecte o no.
Si continuamos hablando de intensidad emocional también nos
podemos referir a esas emociones placenteras que tanto bien nos hacen
sentirlas, por ejemplo, no es lo mismo estar eufórico (intensidad fuerte),
satisfecho (intensidad moderada) o sereno (intensidad débil).
La alegría, que es una emoción que muchos quieren sentir de manera permanente, lo cual no es posible e incluso insostenible, es una de las emociones que más subdivisiones tiene.
Es por ello que creer que la alegría es una emoción constante y que se puede sostener de la misma forma y por mucho tiempo es algo ilógico.
Y es que no podemos estar eufóricos todo el tiempo (intensidad fuerte), ni satisfechos la mayoría de las veces (intensidad moderada), y mucho menos constantemente pacíficos (intensidad débil).
Es por ello que creer que la alegría es una emoción constante y que se puede sostener de la misma forma y por mucho tiempo es algo ilógico.
Y es que no podemos estar eufóricos todo el tiempo (intensidad fuerte), ni satisfechos la mayoría de las veces (intensidad moderada), y mucho menos constantemente pacíficos (intensidad débil).
Cuando se habla de inteligencia emocional realmente
se refiere a gestión emocional, pero definitivamente no se puede gestionar lo
que no se conoce, además que la gestión amerita de un reconocimiento de
emoción, y reconocer es la consecuencia de conocer.
Seguramente esta mañana alguien te saludó y, al preguntarte cómo estabas, tú respondiste con el típico "bien" ¿no es así?
Si nosotras no sabemos cómo nos sentimos en este momento, va a ser muy difícil que gestionemos esas emociones e identificar si realmente estamos bien o muy pero muy bien.
Imagina que tienes un amplio vocabulario emocional y además estás haciendo el camino del autoconocimiento, cuando alguien te pregunte cómo estás, lo más probable es que contestes algo más profundo que un simple bien.
Si realmente te sientes muy bien podrías responder con palabras como: enérgica, animada, motivada, pero si quieres causar un impacto con tu interlocutor podrías contestar con: atrayente, afable, magnánima.
Pero como no tenemos cultura emocional, de seguro que al contestar con estas palabras la otra persona responderá con extrañeza, pero si empezamos a aplicar este ejercicio diario podremos estar colaborando para ampliar el vocabulario emocional personal y de quienes nos rodean.
La próxima vez que alguien te pregunte "¿cómo estás?" solo responde: "Estoy contenta porque hoy me siento reconocida, motivada, creativa, un tanto esperanzada y eso me inspira a seguir creciendo para ser generosa y compasiva, ¿y tú? ¿cómo estás?"
Si nosotras no sabemos cómo nos sentimos en este momento, va a ser muy difícil que gestionemos esas emociones e identificar si realmente estamos bien o muy pero muy bien.
Imagina que tienes un amplio vocabulario emocional y además estás haciendo el camino del autoconocimiento, cuando alguien te pregunte cómo estás, lo más probable es que contestes algo más profundo que un simple bien.
Si realmente te sientes muy bien podrías responder con palabras como: enérgica, animada, motivada, pero si quieres causar un impacto con tu interlocutor podrías contestar con: atrayente, afable, magnánima.
Pero como no tenemos cultura emocional, de seguro que al contestar con estas palabras la otra persona responderá con extrañeza, pero si empezamos a aplicar este ejercicio diario podremos estar colaborando para ampliar el vocabulario emocional personal y de quienes nos rodean.
La próxima vez que alguien te pregunte "¿cómo estás?" solo responde: "Estoy contenta porque hoy me siento reconocida, motivada, creativa, un tanto esperanzada y eso me inspira a seguir creciendo para ser generosa y compasiva, ¿y tú? ¿cómo estás?"
La fiesta de las emociones es un
encuentro entre mujeres donde todas las emociones hacen acto de presencia, las
llamadas positivas y negativas, todas caben en esta gran celebración, con
algunas coincides a diario y a otras tienes tiempo que no ves, algunas han sido
parte de tu sentir de vida pero no sabes ni que nombre tienen, a otras
definitivamente desconocías que existían.
El objetivo de esta fiesta es ampliar
nuestro vocabulario emocional a partir de 5
dinámicas muy potentes que he preparado, esto con la finalidad de darle nombre
a lo que sentimos y aprender a ser observadoras de las sutilezas de nuestro
mundo emocional, ya que nos permitirá dibujar mejor nuestro mapa interno para
ser más asertivas en cada momento que vivimos.
La inteligencia emocional propone dos
cosas esenciales:
1. Reconocer la emoción
2. Gestionar la emoción
Pero para poder gestionarla debes
reconocerla y para poder reconocerla debes conocerla.
Definitivamente no puedes reconocer
lo que aún no conoces, si todavía no le has puesto nombre a lo que estás
sintiendo, seguramente no podrás lidiar con ello y es aquí cuando viene el caos
de nuestro mundo emocional, nuestras malas decisiones y nuestras malas
relaciones.
Porque poner en palabras una
emoción es visibilizarnos, es validarnos a nosotras mismas y también a los
demás. Es dar forma a las sensaciones y compartirlas, armonizando el caos
interno con palabras sencillas para ser comprendidas y comprender.
Te aseguro que al terminar este
taller vivencial te habrás ido de esta fiesta con una noción más amplia de tu
mapa emocional, de seguro habrán reencuentros y
desencuentros dentro de ti, pero el camino habrá valido la pena.
Una fiesta para compartir y
descubrir, para saber que no estamos solas, que también hay otras mujeres que
son grandes buscadoras de sensaciones, y al finalizar el taller, te llevarás a
casa un gran arsenal de emociones con el que comenzarás a trabajar en tu
inteligencia emocional.
¿Cuáles son las dinámicas que he preparado?
- Empezamos esta fiesta con el tarot de las emociones para entrar en calor,
- Luego sabremos quién es el mensajero que nos trae a las emociones para sentirlas,
- Después descubrirás qué tiene que ver tu nombre con las emociones que vives cada día,
- También nos mediremos la temperatura del felisometro a partir de la rueda de la vida
- Y al finalizar haremos nuestra propia receta de la felicidad.
El año pasado
estas maravillosas mujeres me acompañaron en la primera versión de La
fiesta de las emociones, una fiesta sin precedente que llevé a cabo en el mes de
noviembre al mejor estilo de otoño.
Claro que este es un taller presencial que por motivos de pandemia ha quedado suspendido hasta nuevo aviso.
Pero mi
taller de escritura creativa Escribir
para depurar emociones, está disponible siempre para ti, el cual es un
taller 100% virtual que tiene una duración de 3
semanas, es decir, 21 días escribiendo y haciendo una hermosa depuración
emocional.
Cuando no profundizamos en nuestras emociones ni le damos nombre a lo que sentimos nos quedamos atrapadas en una perspectiva muy corta de lo que realmente ocurre en nuestro interior, y al no gestionarlo adecuadamente, podemos reaccionar de manera desbordada o actuar de forma desproporcionada ante cualquier situación.
Las emociones son flujo de energía que nos ayudan a movilizarnos hacia la acción dependiendo de las circunstancias y exigencias que el entorno nos coloca, cuando las conocemos las reconocemos, y al reconocerlas las sabremos gestionar.
Hacerle una fiesta a las emociones es lo que propongo en mi taller presencial, pero también puedes ampliar tu vocabulario emocional en mi taller de escritura creativa virtual Escribir para depurar emociones, donde escribimos durante tres semanas hurgando en nuestras emociones, asomándonos por el balcón de nuestra propia historia, que es justo el lugar donde puedes observar cómo has manejado las emociones en tu vida y cuáles deberías sacar de tu mochila emocional.
Hola Eliana, pues me encantaria estar mas cerca para apuntarme a esta "fiesta" porque me la has presentado de lo mas interesante.
ResponderEliminarTodas las emociones hay que celebrarlas aunque tengamos el concepto "equivocado" de que unas son positivas y otras negativa personalmente creo que todas hay que celebrarlas, hay que permitirnos sentirlas aunque de entrada las rechacemos para "habitarlas" y leer el mensaje que nos quieren dar.
Enhorabuena por la fiesta y que se unan muchas mujeres a celebrar las emociones.
Un abrazo
Virginia
Eliana me encanta la forma en la que propones trabajar las emociones y desde luego me parece genial esa Fiesta de las Emociones que nos propones. Tienes toda la razón que ampliar nuestro vocabulario emocional nos ayudaría a comunicarnos mejor con nosotras mismas y a no pasar de puntillas y sin atender todo lo que nuestras emociones nos dicen sobre nosotras mismas. Me encantan las dinámicas, pero sin dudarlo lo que más me ha gustado ese momento en el que propones no quedarnos tan sólo en el típico "bien" cuando alguien nos pregunta que qué tal estamos. Me pongo manos a la obra porque no sólo se va a sorprender a quien responda sino que seguro que me sorprendo yo misma. Gracias y un abrazote.
ResponderEliminarHola Eliana! Gracias por la invitación a esta fiesta de la alegría, aprender a gestionar nuestras emociones es algo que muy pocas personas lo saben hacer creo que la mayoría de los mortales durante toda nuestra vida nunca dejamos de crecer emocionalmente algunos para peor y otros para mejor.
ResponderEliminarDebemos de tener la mente abierta para aceptarnos tal como somos y para aceptar que necesitamos seguir creciendo emocionalmente.
Abrazos!
Definitivamente todos experimentamos las emociones de diferentes maneras y creo que las cosas hay que sentirlas para poder expresarlas, nadie experimenta en cabeza ajena y muchas veces esas emociones van acorde a los estado de animo, hasta según en que luna estemos, pues hay ocasiones que algo nos afecta más o menos, muy bien explicado, me gustó la forma de hacernos caer en cuanta todo tipo de caras, bien por las que puedan participar en tu taller.
ResponderEliminarHola preciosa, qué guay este taller que vas a dar, definitivamente vivimos constantemente en una fiesta de las emociones, porque somos un sube y baja de ellas.
ResponderEliminarSin embargo, el reconocerlas, aceptarlas y aprender es lo que más cuesta a la hora de pensar en emociones. Me encanta el ejemplo que pones cuando alguien pregunta ¿cómo estás?, porque siempre nos quedamos con el "bien", "genial", "estupenda" y ya... Pero ir más allá, eso es otro tema y pocas llegamos tan profundo. Así que haces un bien al mundo con este taller. ¡Espero verlo virtual pronto!