Recuerdo estar
mirando por la ventana de mi oficina, pensar en todo lo que me estaba perdiendo
y en las ganas que tenía de salir corriendo a recorrer el mundo.
Estaba atrapada
en una rutina que me daba la excusa
perfecta para ser sedentaria: despertar a las 07:00 de la mañana, desayunar,
ir al trabajo en auto, sentarme durante 4 horas, salir en el auto a almorzar, volver
a la oficina y sentarme durante 4 horas más.
Trabajar
intensamente en el proyecto de otra persona y volver a casa cansada, frustrada
y con ganas de echarme al lado de mi marido a ver Netflix, no tenía ganas de moverme al llegar la noche y mucho menos de madrugar
para hacer ejercicio.
Vivía pensando
en los próximos 15 días de vacación que tendría donde iba a hacer el “ejercicio
del año” recorriendo algún lugar para después volver a la oficina y contar los
días para las próximas vacaciones.
Era un círculo
vicioso del que quería salir donde las excusas de “no tengo tiempo” y “estoy muy cansada” las utilizaba a diario
para no moverme de la pantalla del ordenador o la tele.
¿Has pasado
horas frente a un computador o en una posición estática y no haces mucha
actividad física? Así era mi vida y las consecuencias eran músculos dormidos,
una espalda adolorida y la hiperventilación al subir escaleras.
No entendía como
mi pareja, podía levantarse a las 04:00 de la mañana casi todos los días para
ir al Crossfit y después salir a trabajar mientras que yo sólo quería cubrirme
entre las sábanas y dormir durante 48 horas más.
Y es que hay
personas que tienen pasión por el deporte, les encanta la actividad física,
entrenarse y lo han hecho casi toda su vida, en mi caso no era así.
Desde niña la materia que más detestaba en colegio era
Deporte, incluso le pedí a mi madre que me ayude
llevándome al doctor para que me haga un certificado de baja médica por mi
cadera (nací con displasia) y estar durante años sentada mirando la clase y
pasando las pelotas.
Siempre fui
bastante inútil en los deportes y siempre me decían “es que no has encontrado
alguno que te guste”, probé de todo durante muchos años: tenis, natación (esto
es lo único que me gustaba pero no me motivaba hacerlo todos los días), raquetball,
baile (mi problema de cadera hizo que no llegara muy lejos y una mala caída me
dañó la rodilla), vóleibol.
Poco a poco
descubrí que me pasaba: no había
encontrado ese propósito que me moviera de la silla, ¿cómo podía ser que
durante los viajes las madrugadas no dolían, los pies cansados aún caminaban y
podía subir la montaña del Huayna
Picchu tranquila como una cabra?
Y es que no
muchas personas descubren su pasión pero yo sí, sabía que algo tenía que
cambiar. No era feliz con el estilo de
vida sedentario y aburrido que llevaba, necesitaba más.
Cuando los viajes se convirtieron en mi propósito
único motivador pude encontrar la forma de moverme de la silla.
Nunca fui una
chica de gimnasios, si bien habré ido tres meses en toda mi vida siempre
terminé abandonando porque claro, la primer semana estás con toda la motivación
a tope y la firme convicción de que alcanzarás tus objetivos.
Pero llega la
segunda semana y sabes que tienes un compromiso y una obligación que cumplir y
comienzas a flaquear porque tal vez el objetivo que te propusiste no es lo
suficientemente motivador para levantarte de la cama.
El problema de pasar de una vida sedentaria a una vida
activa está en que la mayoría de las mujeres para movernos y hacer
ejercicio nos ponemos objetivos como: Quiero bajar 3 kilos en 1 mes.
El problema es
que ese objetivo no llega a ser lo suficientemente fuerte para movernos todos
los días, ¿pero te imaginas convertir ese objetivo de kilos en un quiero vivir
una vida más saludable para que dentro de 6 meses pueda hacer X cosa?
Eso para mí es aprender a quererte, ponerte objetivos que te inspiren y te lleven lejos y no simples
números en una balanza o el six pack de turno, para mí eso son resultados de
una vida activa pero no objetivos de vida que te impulsen a ser activa.
En mi caso no empecé
a moverme más porque quería mejorar mi cuerpo sino porque quería estar muy bien
físicamente durante mi vuelta al mundo y tenía
ese propósito motivador tan fuerte que hacía que todos los días me concentrara en
mejorar.
Empecé a querer dejar mi vida sedentaria porque
encontré que me motivaba a estar activa, con mi
pareja decidimos emprender
un negocio online que nos permite hoy vivir viajando y cumpliendo ese
propósito.
Las excusas no
existen para no levantarse temprano, para no sentarnos a trabajar y también
cerrar el computador para comenzar a descubrir nuevos pueblos y ciudades.
Cada día me muevo más y al moverme más me siento mejor
conmigo misma porque el problema de ser una mujer sedentaria es que afecta
también tu estado de ánimo.
Aunque no queramos necesitamos movernos. He aprendido que la fuerza de voluntad para hacer ejercicio, cumplir
sueños, cambiar nuestro estilo de vida se ENTRENA.
Hay días en que aun
teniendo el viaje como aliado y cumpliendo este gran sueño quiero quedarme en
cama y no hacer nada pero desde mi punto de vista, es fundamental que encontremos un equilibrio entre las actividades
cerebrales y físicas y que intentemos romper con esta rutina que nos atrapa.
Huye del sedentarismo tanto como puedas, no caigas en sus redes ya que es tan fácil y tentador acomodarse,
aunque bajes un poco la guardia es fácil que tu cuerpo se vuelta a acostumbrar
a la inactividad física y deberás volver a ponerte las pilas.
No es fácil encontrar tu propósito motivador para
salir de la vida sedentaria
pero una vez lo descubras y empieces a actuar verás como tu calidad de sueño e
incluso tu ánimo y atención diaria mejorarán.
Además cuando te
empiezas a mover, incluso aunque sólo sea salir a la plaza de tu barrio a caminar
y tomar aire fresco verás cómo entras en
un círculo de bienestar que hará que quieras hacer otras cosas más saludables
que tendrán un impacto positivo en tu salud y tu vida.
Espero que mi
historia te ayude a convertirte en esa
mujer activa que dejó el sedentarismo y aprendió a querer y de todo corazón
que encuentres ese propósito motivador que te impulse a moverte cada día.
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Gabriela es boliviana pero
ella se considera ciudadana del mundo, desde el 2007 le picó el mosquito del síndrome
viajero y desde entonces no pensó en otra forma de vivir sino viajando, es
comunicadora estratégica y corporativa y junto a su esposo Yeyo tienen un súper
blog que se llama Caminito Amor, donde puedes encontrar
temas sobre emprender en pareja viajando por el mundo y compartiendo
experiencias de viajes y fotos espectaculares.
Ella nos regala
a una mujer sedentaria desde su
propia experiencia, nos deja muy claro que esa vida de oficina con la que
tantas nos hemos llegado a sentir oprimidas es una razón suficiente para dejar el sedentarismo a un lado e ir a
recorrer nuestra propia vida.
Pero esto no
quiere decir que todas debemos salir corriendo de nuestros trabajos para dejar
de ser sedentarias, la inactividad tampoco tiene que ver con que nos volvamos
unas atletas o campeonas olímpicas, tiene más que ver con salir de nuestra zona
de confort y romper patrones obsoletos que en nada se parecen con nuestra
actualidad.
Además el sedentarismo
no solo afecta nuestro físico, sino también nuestra salud, tiene que ver más
con un estilo de vida saludable que con una buena apariencia física.
Cuando lees los
posts que nos ofrece Gabriela junto con su esposo Yeyo, te das cuenta que son
temáticas de tan buena energía que no podía dejar pasar la oportunidad de
invitarla para que nos hablara de esta mujer
sedentaria, claro que no pensé que nos entregaría un relato en primera
persona, pero me encanta cuando es así porque uno se identifica más y mejor con
el rol que se está desarrollando.
Gabriela se
considera una mujer planificadora-investigadora compulsiva, muy perfeccionista
y capaz de disfrutar de la ciudad más caótica y superpoblada, así como del
lugar más inhóspito y desértico del planeta, se permite sorprenderse de la
vida, habla cuatro idiomas y es la autora de las fotos grandiosas de su blog.
El mundo está lleno de personas que están lejos.— Eliana Vasquez (@eliana_77ve) 6 de diciembre de 2016
Hola Eliana!
ResponderEliminarHa sido un placer ser parte de esta sección y compartirles mi relato.
Espero con mi experiencia personal ayudar a otras mujeres que se sienten atrapadas en la rutina y sin la motivación para salir de su vida sedentaria.
Un abrazo enorme
Gracias a ti Gabriela por ser parte de este proyecto del cual me siento muy satisfecha, creo que los frutos han sido grandes y que bueno verte por aquí y que ahora tú también seas parte de este blog.
EliminarUn gran abrazo y bienvenida siempre.
Moverse no debería ser nunca una opción. Tenemos un cuerpo y una responsabilidad por el hecho de tenerlo. Al tomar la decisión y llevarla a la práctica se incrementa la fuerza de voluntad y hasta cambian las sinapsis cerebrales y vamos más contentas por la vida. Sin duda es un síntoma de amor por una misma, como dice Gabriela.
ResponderEliminar¡Abrazos desde el agosto madrileño, chicas, a punto ya de doblar la esquina!
Y yo te respondo desde el septiembre floridiano Marian, creo que mi vida es cualquier cosa menos sedentaria, y me encanta verte por aquí y saber que nuevamente dejas impregnado este blog con tus letras y tu brillante comprensión, este proyecto no sería igual sin ti.
EliminarMiles de abrazos.