Lo bueno de
ser una lectora de este blog es que en algún momento te puedes convertir
también en escritora, al menos una temporal, una que exponga su experiencia de
vida y se desnude con palabras y nos traiga una historia que nunca se había
contado antes como es el tema de la
sexualidad. Conocí a Katia en Twitter, y desde el primer momento que nos
seguimos se convirtió en una lectora asidua, comentando, compartiendo,
sugiriendo, así que en agradecimiento a esa constancia, le abrí un espacio y
hoy está participando con su escrito, y aquí les dejo sus sinceras palabras.
Confieso que cuando Eliana me dijo
para que fuera escritora invitada en su blog me dio temor, le dije que iba a
recibir críticas pero ella me animó.
También un amigo que sigue Espacios
de Soledad me puso las pilas y aquí estoy con mi nula experiencia
escribiendo.
El tema que escogí es sobre cómo las mujeres percibimos y disfrutamos el
sexo, basándome en experiencias y
opiniones propias y de otras mujeres.
No sé si es un error que muchas mujeres
piensen que el chico con el que perderán la virginidad tiene que ser tu
enamorado, ya que el sentimiento que los une garantiza que será un “momento
especial” porque él tiene supuestamente más experiencia y sabrá hacerlo con
delicadeza, lo cual muchas veces resulta ser un fiasco. Yo nunca pensé de esa
manera, tampoco tuve apuro en perder la virginidad, siempre dije que lo haría
cuando me sintiera preparada y así lo hice a los 18 años.
Lo conocí de manera casual en un
viaje de vacaciones que hizo con su
familia al Perú, nos hicimos amigos y
desde el principio nos gustamos y se desarrolló una gran confianza entre
nosotros. Las cosas se fueron dando poco a poco y un día decidí que ya estaba
lista.
Esa tarde él se portó maravillosamente,
me guió con paciencia y cuidado y se preocupó mucho porque yo sintiera
placer. Me trató como a una reina y
realmente fue una experiencia, no sé si decir increíble, ya que no tenía con
qué comparar, pero a pesar de los temores me sentí relajada y feliz porque mi primera vez había sido con alguien, que a
pesar de no ser mi “primer amor”, se portó como si lo fuera y me pregunté
si muchas chicas habían tenido la misma suerte que yo.
Desde ese día me convencí que no siempre el amor y el sexo van de la mano
y que si queremos disfrutarlo lo hagamos sin miedos ni prejuicios y que no
nos tenemos que sentir mal por el hecho de que no haya un lazo sentimental fuerte
con él o ella, según sea la preferencia de cada persona.
El sexo es una gran fuente de placer
y si tienes mucha química con la persona con la que te acuestas puede ser tan
explosivo como la bomba de Hiroshima. El
sexo es instinto puro, lo que hace que rompamos parámetros y tabúes y hagamos cosas que nunca
pensamos hacer las cuales nos hace plenos.
Muchas mujeres piensan, porque así
las han criado o lo han escuchado, sobretodo
de hombres machistas y retrógrados, que si una mujer tiene sexo con alguien que
no es su pareja es pecado, que eres “fácil” y que nadie te va a querer y no se
van a casar contigo.
Por increíble que parezca en la actualidad muchas aun creen que el
fin de toda mujer es casarse y que si no lo hacen no estarán realizadas y
la sociedad les pondrá una marca en la frente.
Aclaro que no tengo nada en contra del matrimonio, pero siempre digo que
ese paso tan importante se debe dar por convicción y amor y no porque se te
pasa el tren o porque tienes que ser la “señora de”. Como dice el dicho: “matrimonio y mortaja del
cielo bajan”.
No se apuren, para el matrimonio no
hay edad ni plazos, tomen las cosa con calma y háganlo cuando estén convencidas
que están listas para compartir su vida con la persona que escogieron. No todos
los matrimonios funcionan pero lo importante es echarle ganas.
Experimenten
y vivan su sexualidad y su soltería plenamente. Eso no significa que se tenga que
caer en promiscuidad y tener sexo con todo el que se te cruce por delante, diviértanse
de manera responsable y si están casadas pónganle siempre algunos condimentos,
traten de no caer en monotonía.
Supongo que muchas no estarán de
acuerdo conmigo, pero si algo me han enseñado las conversaciones con mujeres de
generaciones pasadas es que el no tener experiencia sexual muchas veces las han
llevado a la frustración en el matrimonio, el desconocer lo que es el placer
pleno, el no saber que es un orgasmo, el
no conocer y disfrutar de sus cuerpos centímetro a centímetro ni el de su
pareja, el no atreverse a tomar la iniciativa si deseaban hacer el amor en ese
momento o cuando las ganas se asomaban y el no saber cómo dar placer.
Conversando un día con mi abuela,
unos años antes que falleciera, me dijo que le hubiera gustado tener más experiencia
sexual antes de casarse, obvio que en su época era inconcebible, pero supongo
que al igual que ella muchísimas mujeres pensaban lo mismo, inclusive la
generación de nuestras madres (de las que ya estamos en base cuatro) a las que
criaron con esa misma idea, no a todas obviamente pero supongo que a la mayoría
sí.
Felizmente
me crié en una familia rodeada de mujeres sin prejuicios, sobre todo por parte de
mis tías las hermanas de mi mamá con las que siempre he hablado de sexo sin
ninguna vergüenza, de una manera natural y con la plena satisfacción de que
todas mis preguntas fueron respondidas
sobretodo en mi adolescencia.
También con mi ginecólogo al que
siempre le pido que me aclare alguna duda o consulta. No todas tenemos la
suerte de tener gran confianza con nuestros doctores pero nos conocemos desde
hace 20 años y hay una amistad buenísima.
De mi
experiencia sexual diré que ha sido muy enriquecedora, me ha traído y me trae muchas
satisfacciones y que la vivo plenamente. En algunos momentos de mi vida han
sido con mucho sentimiento de por medio, en otros no, pero lo principal siempre es que
me siento libre de gozar sin ningún tipo
de carrusel en la cabeza ni hacerme bolas existenciales.
Pero de algo
estoy segura y es que el mejor afrodisiaco es y será siempre el amor. ¿Tú qué
crees? ¿Cómo vives tu sexualidad? Te espero en los comentarios.
Katia Chávez es limeña, apasionada por la vida, trantando siempre de salir adelante a pesar de las trabas en el camino. Intensa y sin filtros, así se define ella, en su diccionario no existe el "si hubiera". Es precisa, abierta y sincera. Ama ser mujer. Síguela en Twitter.
Katia Chávez es limeña, apasionada por la vida, trantando siempre de salir adelante a pesar de las trabas en el camino. Intensa y sin filtros, así se define ella, en su diccionario no existe el "si hubiera". Es precisa, abierta y sincera. Ama ser mujer. Síguela en Twitter.
Nada te salva de ti mismo si es de ti mismo de quien huyes.— Eliana Vasquez (@eliana_77ve) 1 de abril de 2016
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