La mujer que crea que con su amor puede cambiar a los demás sin primero
haber intentado cambiarse a ella misma, es una antigua mujer romántica, y digo
antigua por no decir arcaica ni retrograda, la mujer de antes jugaba a hacerse
la indispensable para que no la dejaran de amar, la de ahora, ha descartado de
su vida la palabra necesidad.
Si por mucho tiempo te has empeñado en darle a ese hombre lo que eres
incapaz de darte a ti misma, si has perdido conexión con tu ser por desbordarte
de amor y sacrificarte por el mismo motivo, has llevado tu concepción de
romanticismo al lugar equivocado.
Sé que ya te lo he dicho antes, pero es importante recalcarlo, el mejor
romance de tu vida es el que tengas contigo misma, los caminos hacia tu corazón
solo los conoces tú, y al tenerlos claros, podrás conducir a quien llegue a tu
vida, o a quien ya se encuentre en ella, a los linderos de tu alma para
ratificar la felicidad que tú ya posees.
En este nuevo tipo de romance no necesitarás escuchar del otro
constantemente el amor que te tiene, ya que desde tu amor propio podrás ver
explicito un amor que no necesita de palabras porque en la acción estará
entendido. La alianza amorosa ya no será una necesidad imperiosa de escucharle
al otro lo que no sabes decirte, puesto que en el amor sano se deja atrás el
drama, la posesión y el dominio.
Si hasta ahora no has tenido suerte en el amor o si llegan a tu vida
personas “equivocadas”, debes analizar si has venido siendo excesivamente
generosa o exageradamente posesiva, si has vivido la relación solo desde las
situaciones románticas siendo poco realista y más idealista, y si tu
vulnerabilidad protagoniza los eventos importantes de la relación, es porque
haces del amor una idea que representas por medio de canciones, poemas o
serenatas, ramos de flores o cajas llenas de chocolate, sin darte cuenta que el amor no es solo un sentimiento ni está representado por cosas planas.
Cuando comienzas a amar de manera distinta se te acercan personas que
también están en tu misma sintonía de amor, quien llegue a ti viene es a
compartir, no a dar ni a quitar, nadie se lleva lo que tú no le has dado porque
el amor completo entero lo resguardas tras los muros de tu amor propio.
Si saltas de relación en relación para encontrar el "amor ideal" y no te
tomas un tiempo para descubrirte y determinar lo que realmente quieres, tus
"equívocos" romances siempre serán efímeros, debido a que atraes a tu vida a
personas que viven saltando relaciones, cuyo destino será tropezar contigo, y
en el cual serás un trampolín más del camino.
La relación de pareja es un vínculo adulto, y si aún no has llegado a la
adultez de un amor para toda la vida y vives con la puerta de atrás abierta por
si algo mejor llega, no pretendas que te tomen en serio y tampoco esperes una
retribución desmedida. Los seres que necesitas para aprender no siempre vienen
en un bonito empaque de regalo, son personas que tu atraes y te muestran cosas
que hasta ahora no has visto.
El romanticismo no es perderte a ti misma, todo lo contrario, es un
encuentro contigo como nunca lo habías hecho, es que te encante estar con el
otro, pero que adores estar sola con tu compañía, es que te amen justo como tú
te estás amando, sin la ansiedad de pensar si mañana te querrán todavía.
Las personas completas nunca buscarán amores a medias, tu falta de
compromiso con el amor te hará coincidir con personas que tampoco estén
disponibles, si detestas estar contigo misma ¿cómo pretendes conseguir a
alguien que sí le guste estar con tu presencia? Cuando no te gustas y por esa
razón terminas siendo muy permisiva e indulgente en las relaciones, padeces
satisfacciones transitorias que finalmente te van conduciendo hacia un mayor
sufrimiento.
La nueva mujer romántica está despierta emocionalmente y camina en armonía
con la persona que ama, pero también se permite estar en equilibrio con el
resto de las personas con las que comparte su vida. Si tu historia hubiese sido
diferente, lo más probable es que no estarías reconociéndote como lo haces
ahora ni buscando este tipo de lectura para cambiar en aquellas áreas que
deseas mejorar. Quien estuvo en tu vida vino para enseñarte algo y se fue
cuando tal vez duramente algo tuviste que aprender.
Tu pareja también hizo un largo viaje de preparación que lo ha conducido a
tu encuentro, sus pesares y tristezas, como las alegrías que vivió con alguien
más, moldearon su forma de ser y lo convirtieron en la persona que hoy es, lo
juzgas por su pasado sin darte cuenta que justo esa vivencia fue la que lo
atrajo hacia ti.
Eres una nueva mujer romántica cuando te enfocas en crecer como persona,
cuando le dedicas más tiempo a lo que te gusta, cuando estás enamorada de ti
misma sin llegar a la egolatría, cuando buscas una época de tu vida para
sanarte y liberar a las personas de tu pasado, cuando escrutas espacios para
estar sola preparándote para convertirte en una persona estable, cuando tu
compromiso con el otro no excede tu propio amor, cuando disfrutas de ti, cuando
rescatas tu esencia y comprendes que tú eres la felicidad que necesitas.
Si crees que una mujer romántica es encantadoramente melosa, dulcemente
caprichosa o consentidamente dadivosa, es porque no has descubierto a la mujer
romántica fuertemente abierta, emocionalmente inteligente y espiritualmente
decidida, amando las posibilidades y evolucionando con quien ahora se encuentra
y aceptando el aprendizaje que le dejaron los que ya se han ido de su vida.
Cada uno de nosotros debe desarrollar dentro de sí la capacidad de encontrar su camino de oscuridad, sin compañía, sin mapas ni guías.— Eliana Vasquez (@eliana_77ve) 27 de julio de 2015
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