Ya han pasado muchos meses de
lectura reflexiva ¿no crees? Si has
estado al pie de cada escrito de seguro ya sabes mucho de mí, sé que a veces me
pongo muy confesional y emotiva, también suelo ser bastante poética, pero que
gusto me ha dado cuando algún párrafo te ha tocado, cuando te conmoviste y
quisiste abrazarme pero te diste cuenta que la lejanía era abismal, así que
solo te conformaste con releer mis letras.
Espero sinceramente que estés
caminando mi mismo camino, o al menos un sendero parecido, ese que de alguna
forma nos está mostrando el bienestar personal, entiendo que llevas otro ritmo
y que muchas veces no coincidimos, puede que tú vayas adelante y sea yo quien
te sigo, solo quiero que no te ates a lo que escribo, más bien, me encanta
cuando me das tu propio criterio, me gusta que no siempre concordemos, solo
espero que respetes lo que opino.
Yo escribo para no dejarle al
alma tanto peso, tú lees para que no se alargue el camino, a los dos nos duelen
las mismas heridas aunque no nos las hayamos causado en las mismas esquinas. No
es necesario que te quedes y lo leas todo, no pretendo que siempre estés allí
esperando lo que escribo, ¿sabes que sí
me gustaría? que si se llegara a presentar algún momento difícil, pienses
en algo que aquí leíste y logres aplicarlo a tu vida.
Es tan bueno cuando me sugieres
un tema o cuando me comentas que aquello que escribí con tanto cariño te
reflejaba perfectamente, me dejas en el alma una maravillosa satisfacción, no
puedo dejar de sonreír cuando sé que con mis palabras te he abrazado y tú te
arropas con alguna frase que mejor entienda tu tristeza.
Debo confesarte que no siempre te
escribo a ti, muchas veces me escribo a mí misma, pero lo disimulo conjugando
el verbo para ambos y te hago creer que ya lo logré, que ya llevo ganada la
partida. Me complace saber que ya soltaste esas rabias, incluso aquellas que ni
te correspondían, yo también he depurado emociones y me he vuelto más abierta y
perceptiva.
Jamás pensé cuando comencé esta
travesía que te quedarías a mi lado tanto tiempo, como te habrás dado cuenta,
he cambiado mi casa de letras varias veces, le he dado otros colores a sus
paredes y trato que cada imagen sea artística y alusiva, y no te lo voy a
negar, estoy muy satisfecha con todo lo que hasta ahora he logrado, cada
párrafo tiene su historia, puedo recordar dónde escribí cada línea, qué me
inspiró, qué borré para que no leyeras, que montón de cuadernos he recopilado
hasta ahora donde mis palabras, a veces elegantes, a veces apuradas, se quedan
plasmadas con una grafía que aún no conoces.
Sigo caminando hacia un despertar
espiritual, así que por ahora, te seguiré escribiendo, ojalá te tomes también
un tiempo para escribirme, ojalá nos encontremos en algún café o en alguna
ciudad del mundo y hablemos sin parar por horas de todo lo que hasta ahora
hemos logrado, que nos comentemos todo lo que nos ha costado llegar hasta este
lugar de crecimiento y conversemos un poco sobre el desprendimiento.
Ya te dije en alguna oportunidad que
mi meta es ser la mejor versión de mí misma, pero no por ello debes creerme con
un bagaje de emocionalidades sanadas, aún sigo tropezando, sigo siendo
impulsiva, pero que bueno será cuando el amor propio nos surja, cuando nos
despertemos de este sueño de angustia y stress y nos riamos juntos de aquel
tiempo cuando no sabíamos ser felices y nos preguntemos: ¿recuerdas cuando solo sabíamos sufrir? y que las carcajadas no nos
permitan siquiera justificar a la desdicha porque ya estaremos más tranquilos y
la compasión no nos permitirá juzgarnos.
Nuevamente mi gratitud se coloca
en el discurso querido lector, espero seguir recibiendo tu visita, aunque
alguna lectura no te identifique, sé que muchas le hablan directamente a tu
experiencia de vida y siento como si ambos formáramos parte de una cadena de
inspiración en la que atraemos y divulgamos la buena energía. Quédate aquí,
crece conmigo unos meses o años más, si llegaste hasta este párrafo te puedo
dar la noticia de que podrías ser parte de lo que aquí se escribe, algún
post lo podemos construir entre ambos, y dejo abiertas las puertas del blog
para tus comentarios o para la construcción de algún escrito.
Saludos desde este rincón del
mundo.
Escribe, porque siempre hay alguien esperando tus letras.
— Eliana Vasquez (@eliana_77ve) febrero 1, 2015
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