Evidentemente no he
llegado a la plenitud de mi bienestar, pero escribiendo es como he ido
limpiando los desechos de mi mente, esa acumulación irritante de menudencias se
han ido desbordando en cada letra, así que cuando alguien se refiere en forma
despectiva a mi tan anhelado espacio de soledad, no puedo evitar sentirme un
poco ofendida, pero de inmediato comprendo que a nadie puedo obligar a ver la
vida con mis ojos, que para muchos puede ser poco interesante lo que para mí se
ha vuelto apasionante.
Tal vez el
desagrado que me causa la opinión adversa de otro me esté diciendo que todavía estoy
buscando aprobación, que aunque escriba una carta pública con destino propio el
compartirlo le va otorgando sentido, es innegable el dejar entendido que
escribirle a este blog me causa placer, el solo hecho de superarme a mí misma,
aunque sea un triunfo silencioso que solo yo entienda, y decidir plasmarlo y
dejarlo en evidencia, es una puerta que dejo abierta para que entre quien
quiera entrar.
Lo más probable es
que sea reiterativa y enfática en algunos temas, pero es que una misma situación de
vida la puedo ver desde diferentes ángulos, los días pasan y lo que antes podía
ser azul ahora lo veo rojo, y he tomado la sana costumbre de escribirlo para
internalizarlo. Admito que por sentirme tan animada en este crecimiento
espiritual quería hacer una avalancha de buena energía y arrastrar conmigo a
todo aquel que yo suponía lo necesitaba, pero me di cuenta que cada quien tiene
su proceso, que no necesita leerse un libro que yo ya leí o que tal video de
autoayuda sería perfecto, acepto ahora que las personas buscan sanar sus
heridas de la mejor manera posible de acuerdo a sus convicciones, cuyas
creencias no son precisamente las mías.
Este blog es una invitación
no una obligación, es un regalo, y como regalo, cada quien lo acepta, lo
rechaza o se lo pasa a otro que crea necesitarlo, pero siempre lo que se
entrega llega a algún lugar, aunque el destino final no sea el propuesto
inicialmente. Recibir un regalo tiene un sentido emocional porque nos hace
saber que el otro nos reconoce y nos tiene en cuenta, la dadiva hace posible la
resignificación del vínculo, y si además el regalo lleva implícito la priorización
de nuestros gustos, nos hace saber que el destinatario del obsequio se ha
esmerado por mostrar su amor a través de lo entregado, y si también participa
en el ritual de agasajo la risa, el abrazo o la sensación de lo fraterno, habrá
sido entonces el regalo perfecto.
Seguro para muchos
este sea solo un lugar virtual con una dirección web, pero para mí es más que
fotos y letras, este blog representa mis libros, mis cuadernos escritos con
diferentes lápices de colores, mis viajes, lo que observo de la gente, lo que
la vida me ha dejado y lo que ya he sacado de ella. Cuando un post está
publicado es porque ha recibido de mi parte cientos de lecturas, correcciones,
ediciones, quitar frases, mover párrafos, búsqueda exhaustiva de sinónimos, antónimos,
adjetivos, adverbios, concordancia de palabras, no contradecirme con lo
expuesto, además, jamás me permito escribir algo que no sienta.
Me he tomado tan en
serio esto de escribir semanalmente, que cuando no lo hago me siento un poco
perdida, como si algo me faltara, como si mi refugio de letras se hubiese ido a
buscar nuevas ideas. Es por eso que cuando no aman con fervor lo que tú
tanto estás amando, cuando alguien rechaza o se burla del regalo que le estás
otorgando, duele, pero he aprendido a reponerme rápido de esas pequeñas congojas
que lo externo me trae y a saber que este espacio tan mío es también de quien
quiera leerlo.
Cuando nos
apasionamos por un tema creemos que los demás también lo están, solemos ser
impositivos hasta para conversarlo, pero cuando creemos en la diversidad de la
vida y en su abundancia de temas, congeniamos entonces con algo tan difícil como
lo es la tolerancia.
Espacios de soledad
es puertas para algunos ventanas para otros, pero siempre abierto y receptivo a
sus lecturas contantes o esporádicas o reciprocas, la satisfacción y la gratificación
que este blog me ha dado, ha superado con creces los comentarios negativos,
pero también debo ser consciente que cuando algo está a la vista de todos, las
buenas y malas miradas forman parte del contexto. Siempre termino agradeciéndole
a los que se detienen una vez por semana para leer mis letras, pero esta vez
quiero agradecerle a quien alguna vez me leyó y creyó conocerme sin haber hecho
la secuencia de mi crecimiento y sin haberse permitido crecer conmigo.
Que te quieran mucho, a cada rato, como si el amor no se agotara, como si hoy fuera siempre.
— Eliana Vasquez (@eliana_77ve) diciembre 27, 2014
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